El café, una de las bebidas más consumidas en el mundo, tiene a la cafeÃna como su principal componente activo. Mientras numerosos estudios han explorado cómo el café afecta los sistemas cardiovascular y cerebral, su impacto en la visión ha suscitado un creciente interés, especialmente en relación con enfermedades como cataratas o glaucoma.
La historia del café se remonta a su casual descubrimiento en EtiopÃa hace varios siglos. Según la leyenda, un pastor etÃope notó que sus cabras se volvÃan más activas después de consumir las bayas de café. Mucho tiempo después, en 1819, la cafeÃna fue aislada por el quÃmico Friedlieb Ferdinand Runge. A lo largo del siglo XX, diversos estudios relacionaron la cafeÃna con beneficios como la reducción de la tasa de suicidio, mejoramiento del desempeño en tareas simples y atletismo, potenciación de analgésicos, y alivio del asma, entre otros.
La cafeÃna es un antagonista del receptor de adenosina, lo que le permite ejercer un efecto farmacológico en varios sistemas orgánicos. Antes de que se descubrieran sus propiedades moleculares, ya se reconocÃa el potencial medicinal del café, en particular, su uso en el tratamiento del asma. En la actualidad, la cafeÃna tiene roles reconocidos en el tratamiento de migrañas, cefaleas post-punción lumbar y apnea neonatal, entre otros. Si bien sus efectos sobre el sistema cardiovascular y el sistema nervioso central son bien conocidos, la relación entre la cafeÃna y la salud ocular está comenzando a desvelarse.
El efecto más significativo de la cafeÃna en la visión involucra al flujo sanguÃneo en la retina, una capa delgada en la parte posterior del ojo responsable de detectar luz y enviar señales al cerebro para producir imágenes. La cafeÃna puede causar constricción de los vasos sanguÃneos en la retina, reduciendo su flujo sanguÃneo. Aunque en el corto plazo esto podrÃa no afectar la visión, el consumo excesivo y prolongado podrÃa tener consecuencias a largo plazo en la salud retiniana.
El glaucoma, reconocido como la segunda causa primordial de ceguera en el mundo, se define por el progresivo daño al nervio óptico y la alarmante pérdida de células ganglionares en la retina. A pesar de los múltiples estudios e investigaciones, la etiologÃa precisa del glaucoma aún no se ha esclarecido por completo. No obstante, se ha identificado que la elevada presión intraocular juega un papel crucial, estableciéndose como uno de los principales factores de riesgo asociados con esta enfermedad ocular. Además, investigaciones recientes han arrojado luz sobre el potencial de la cafeÃna en el campo oftalmológico. Se sugiere que este compuesto podrÃa mitigar ciertas respuestas neuroinflamatorias y brindar un escudo protector contra daños oculares. Esta evidencia plantea la intrigante posibilidad de que la cafeÃna pueda ser considerada, en un futuro, como una opción terapéutica en el tratamiento del glaucoma.
En relación con las cataratas, una preocupación relevante en oftalmologÃa, diversos estudios se han dedicado a examinar la potencial eficacia de la cafeÃna cuando es aplicada directamente sobre el ojo, buscando determinar si esta sustancia puede ofrecer protección contra cataratas inducidas especÃficamente por la exposición a radiaciones ultravioleta. Los resultados de estas investigaciones parecen ser prometedores: se insinúa que la cafeÃna, al ser administrada de manera tópica, tiene la capacidad de actuar como un escudo protector contra los daños derivados de la radiación ultravioleta en el ojo. Uno de los mecanismos propuestos es que la cafeÃna puede disminuir significativamente la sensibilidad del cristalino, el cual es un componente esencial del ojo, minimizando asà el riesgo de formación de cataratas asociadas a este tipo de radiación.
En conclusión, el café y la cafeÃna presentan una amplia gama de efectos sobre la salud, pero su vÃnculo con la salud ocular es particularmente intrigante y multifacético. Mientras que las investigaciones iniciales sugieren posibles beneficios protectores, especialmente en relación con cataratas y glaucoma, la comprensión completa de su interacción con la visión sigue siendo un área en desarrollo. Por ello, es aconsejable consumir café y otros productos que contienen cafeÃna de manera moderada y estar atentos a futuras investigaciones que arrojen luz sobre su impacto detallado en la salud de nuestros ojos.
Emiliano Terán Bobadilla
Rerefencias
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